a menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres, pero conlleva una serie de cambios hormonales que afectan no solo al estado de ánimo o al metabolismo, sino también a la salud articular y muscular.
La pérdida de estrógenos puede provocar dolor articular, rigidez, pérdida de masa muscular y aumento de grasa corporal, reduciendo así la movilidad general del cuerpo.
Sin embargo, adoptar una rutina adecuada de movilidad y fuerza durante esta etapa puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.
En este artículo te explicamos cómo cuidar tus articulaciones, prevenir el dolor, mejorar tu estado físico y sentirte más fuerte y estable cada día.

¿Qué pasa con las articulaciones durante la menopausia?
Durante la perimenopausia y la menopausia, muchas mujeres experimentan rigidez, inflamación y dolor articular, especialmente en rodillas, muñecas, hombros y columna vertebral.
Esto se debe a:
- Disminución de los niveles de estrógeno: esta hormona cumple una función antiinflamatoria y ayuda a mantener los tejidos conectivos hidratados y elásticos;
- Pérdida de masa muscular: con la edad y la inactividad, los músculos pierden volumen y fuerza, lo que afecta directamente al soporte articular;
- Disminución de la densidad ósea: el riesgo de lesiones y fracturas aumenta con la pérdida de masa ósea;
- Cambios en el colágeno y el cartílago articular: los tejidos pierden elasticidad, lo que contribuye a la rigidez y la incomodidad.
Estos cambios pueden generar miedo al movimiento o a la actividad física, lo cual crea un círculo vicioso de inactividad, dolor y mayor debilidad.

¿Cómo puede ayudarte el ejercicio?
La buena noticia es que el ejercicio regular puede revertir muchos de estos efectos.
Un programa equilibrado de movilidad y fuerza puede ayudarte a:
- Disminuir el dolor articular;
- Mejorar la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones;
- Fortalecer los músculos que protegen las articulaciones;
- Prevenir la pérdida de masa muscular;
- Reducir el riesgo de lesiones;
- Mejorar el equilibrio y la postura;
- Incrementar tu autoestima y salud mental.
Y no hace falta entrenar como una atleta: incluso con sesiones suaves pero constantes, puedes notar mejoras reales.

Entrenamiento de fuerza: tu mejor aliado
El entrenamiento de fuerza es fundamental para mantener masa muscular durante y después de la menopausia.
Este tipo de ejercicio ayuda también a estimular la producción de colágeno, aumentar la densidad ósea y mejorar el metabolismo.
Algunas recomendaciones:
- Comienza con tu propio peso corporal: sentadillas, zancadas, flexiones adaptadas o ejercicios de core;
- Añade resistencia progresiva: con mancuernas ligeras, bandas elásticas o pesas rusas;
- Incluye el levantamiento de pesas de forma gradual bajo supervisión de un entrenador;
- Entrena al menos 2-3 veces por semana, alternando grupos musculares.

Recuerda que la constancia es más importante que la intensidad.
Adaptar el esfuerzo a tu etapa de la vida es clave para evitar lesiones y progresar con seguridad.
Movilidad articular: recupera tu flexibilidad
La movilidad articular es la capacidad de mover tus articulaciones en todo su rango de movimiento.
Para las mujeres en menopausia, trabajar esta habilidad es esencial para prevenir la rigidez.
Incluye en tu rutina:
- Estiramientos suaves al despertar y al terminar tus sesiones;
- Movimientos circulares con hombros, caderas y tobillos;
- Posturas de yoga restaurativo o movimientos de Pilates;
- Respiración consciente mientras te estiras.
Con solo 10-15 minutos al día, puedes notar cómo tu cuerpo se desbloquea y mejora tu capacidad de movimiento.
Suplementos, alimentación y autocuidado
La salud de tus articulaciones también depende de lo que comes.
Aquí algunas recomendaciones clave:
- Vitamina D y calcio: esenciales para la salud ósea. Se encuentran en pescados grasos, huevos, lácteos, almendras y suplementos;
- Alimentos antiinflamatorios: como el aceite de oliva, cúrcuma, jengibre y frutas rojas;
- Proteínas de calidad: ayudan a mantener los músculos. Incluye legumbres, tofu, pescado, huevo o carne magra;
- Colágeno: se puede obtener a través de suplementos o caldos de huesos. Mejora la salud del cartílago;
- Evita el exceso de azúcar y ultraprocesados: aumentan la inflamación.
Además, cuidar el estrés y el sueño es importante.
El cortisol elevado puede afectar tanto al metabolismo como a la salud articular.
Yoga, pilates y otras disciplinas útiles
Estas prácticas son excelentes durante la menopausia porque combinan movimiento consciente, control postural y respiración.

Son perfectas para:
- Mejorar la movilidad sin impacto;
- Reducir el estrés;
- Fortalecer el core y mejorar el equilibrio;
- Conectar con tu cuerpo de forma amable.
Puedes comenzar con sesiones de 20-30 minutos dos veces por semana y observar cómo responde tu cuerpo.
Mantenerse activa: un acto de autocuidado
Muchas mujeres asocian la menopausia con un descenso inevitable de energía o capacidad física.
Pero moverse no significa agotarse, ni competir con versiones pasadas de ti misma.
Al contrario: mover tu cuerpo en esta etapa es un acto de autocuidado profundo.

No se trata de buscar un cuerpo “perfecto”, sino de preservar tu salud, tu autonomía y tu vitalidad.
A veces, eso comienza con acciones muy pequeñas: una caminata corta por la mañana, estirarte antes de dormir, probar una nueva clase de yoga suave.
Lo importante es elegir un movimiento que disfrutes y que puedas mantener en el tiempo.
Escucha a tu cuerpo.
Hay días en los que necesitarás descanso, y otros en los que te sorprenderá con energía inesperada.
La clave está en la constancia, no en la perfección.
Recuerda: tu cuerpo cambia, pero sigue siendo fuerte, valioso y capaz de adaptarse.
Invertir en tu movilidad y fuerza hoy es el mejor regalo que puedes darte para los próximos años de tu vida.

¿Cuándo consultar a un profesional?
Si sufres dolor articular persistente, pérdida de movilidad o lesiones frecuentes, consulta con tu médico o fisioterapeuta.
Un profesional podrá ayudarte a identificar la causa, ajustar tu rutina y evitar complicaciones.
También es importante realizar controles de densidad ósea si tienes antecedentes familiares de osteoporosis o has experimentado fracturas previas.
Conclusión: tu cuerpo cambia, pero sigue siendo tuyo
La menopausia es una etapa de transformación, no de declive.
Adaptar tu actividad física, cuidar tus hábitos y fortalecer tu cuerpo te permitirá mantener una vida activa, plena e independiente.

Entrenar con inteligencia, cuidar la alimentación y mantener una actitud positiva son las mejores estrategias para proteger tus articulaciones y ganar fuerza desde dentro.